La muerte en RD: creencias, rezos y lo que se hace “pa que el muerto no jale”

La muerte en RD no se llora sola
En República Dominicana, la muerte no es solo una pérdida: es todo un evento, un proceso lleno de creencias, rezos, cuentos viejos y uno que otro ritual que a veces uno no sabe si es de la iglesia… o del monte. Aquí se vela, se reza, se comparte café con pan y se habla del muerto como si aún estuviera escuchando.
Y es que el dominicano no ve la muerte como el final, sino como una transición. Una despedida con bulla, lágrimas, comida y mucha fe. ¿Nunca te ha tocado un velorio con un merenguito bajito de fondo? Pues prepárate, que aquí te lo cuento todo.
El velorio: más que lágrimas
Desde que alguien muere, arranca el protocolo. El cuerpo se vela generalmente en la casa o en una funeraria, y lo primero que llega no es el féretro… es el café. Aquí, velorio sin café es como habichuela sin arroz.
Durante el velorio, se acostumbra rezar el rosario, pero también contar anécdotas del difunto, compartir cuentos de cuando estaba vivo, y hasta soltar alguna risa nerviosa. La mezcla de respeto con ese “tumbao” dominicano siempre está presente. Incluso hay quien jura que el muerto puede “jale”, si uno no lo despide bien.
El novenario: pa’ que el alma suba tranquila
Después del entierro, vienen los nueve días de rezos. Se hacen misas, se reúnen los familiares y se ofrece comida —normalmente un locrio, moro o sancocho, dependiendo del bolsillo. Lo importante es que el alma tenga paz, porque según muchas creencias, en esos nueve días está en transición.
También hay quien prende velas en forma de cruz, quien pone un vaso de agua debajo de la cama, y quien duerme con una tijera abierta debajo de la almohada, "pa’ cortar la mala energía".
¿Y si el muerto aparece?
Aquí es donde la cosa se pone sabrosa. Hay muchísimas historias de almas en pena que se aparecen porque no se les cumplió una promesa, porque no se rezó por ellos, o porque murieron de forma violenta. ¿Nunca oíste a alguien decir “ese muerto no está tranquilo”? Pues sí, eso pasa.
Hay familias que hacen “misas de despojo”, o hasta buscan a alguien “que vea cosas” pa’ hablar con el muerto y mandarlo pa’ su lado. Sea real o no, lo cierto es que muchas personas sienten paz luego de hacer estos rituales.
La mezcla entre religión y lo místico
Aunque somos mayormente católicos, la cultura dominicana tiene una mezcla poderosa entre religión, creencias populares y algo de misticismo heredado. Por eso no es raro ver una misa acompañada de una oración que no está en ningún librito, o una promesa hecha con velas, flores y una botella de agua en la esquina de la casa.
Esa combinación de lo espiritual con lo popular nos define. Aquí la fe no siempre está en la iglesia, a veces está en la casa de la abuela o en el consejo de una vecina que “sabe de eso”.
¿Y tú, crees en eso?
La muerte en RD es más que un adiós. Es una mezcla de respeto, amor, tradición y hasta un poco de miedo. Porque aunque digamos que no creemos en espíritus, cuando se va la luz a las 12 de la noche y suena algo raro en el patio… tú sabes que uno se persigna rapidito.
Así somos. Así despedimos a los nuestros. Con lágrimas, con cuentos, con café, con rezos, y con esa sensación de que la muerte, aunque duela, también forma parte de nuestra identidad.