15 de abril de 2025

De la esperanza al vicio: el otro rostro de la lotería en República Dominicana

Entre sueños y números...

En cada rincón del país, desde el colmado más humilde hasta la capital encendía, hay un dominicano echándole el ojo al último sorteo. La lotería es casi un idioma nacional: se juega con fe, con superstición y con un chin de “pa’ ver si salgo de esta”. Pero, ¿qué pasa cuando ese jueguito inocente se va de control?

Aquí no venimos a quitarle la fe a nadie, pero sí a hablar claro: la lotería en RD tiene un lado oscuro que pocos quieren mirar. Y hoy, vamos a ponerle luz.


El enganche emocional: la promesa del cambio rápido

Para muchos, jugar la lotería no es solo cuestión de suerte, es una esperanza. Una posibilidad de pagar la luz, sacar la casa, arreglar la cocina o, al menos, comer un chin mejor. Y eso, en un país donde el sueldo rinde menos que una recarga de $50, suena tentador.

Pero ahí está el gancho: esa promesa de “cambiar tu vida con solo $10 pesos” es poderosa… demasiado poderosa.


Cuando el juego se convierte en rutina (y en problema)

Primero empiezas jugando los domingos, después agregas los miércoles… y cuando vienes a ver, estás chequeando resultados de todas las loterías: Nacional, Leidsa, Real, La Primera, New York, Florida y hasta la americana que nadie conoce bien, pero que igual tú la juegas “por si acaso”.

Y si no salió el número hoy, tranquilo… mañana hay más. Eso, mi hermano, es una ruleta sin freno.

La cosa se complica cuando el juego empieza a afectar lo más básico: comida, tiempo, relaciones, paz mental. Lo que empezó como “una chance” se vuelve necesidad. Y ahí es donde el vicio se disfraza de costumbre.


¿Y por qué es tan fácil caer?

Porque todo está diseñado para que tú sigas jugando. Anuncios por todos lados, premios en vivo, ganadores que aparecen con su carita feliz diciendo que se pegaron con el 13-45-89 y tú, que justo jugaste el 13-45-88, te dices: “¡Por uno no me lo saqué! El próximo es mío”.

Esa es la trampa. Te dejan cerquita, para que sigas. Como el pez que ve el anzuelo con carnada: aunque le pique la boca, vuelve y muerde.


🚨 Señales de alerta: ¿y si ya estás enganchao’?

No hace falta estar tirado en la calle pa’ tener un problema con el juego. A veces el vicio se disfraza de rutina. Si te suenan estas, ojo:

  • Juegas todos los días, incluso cuando no tienes ni pa’l pasaje.

  • Sientes ansiedad si no puedes jugar.

  • Te endeudas o dejas de comprar cosas básicas por jugar.

  • Tienes discusiones con tu pareja o tu familia por el juego.

  • Vives pensando que “ya mismo me saco algo”.

Si dijiste “diantre, soy yo”, no es pa’ que te sientas mal. Es pa’ que lo reconozcas y hagas algo al respecto.


¿Y entonces? ¿Hay solución?

Claro que sí. Esto no se trata de demonizar la lotería. Se trata de ponerle ojo a cómo la usas.

¿Quieres jugar? Juega. Pero con cabeza. Establece un límite, juega por diversión, no por necesidad. Y si sientes que no puedes parar, hay ayuda. En RD existen líneas de apoyo psicológico, y cada vez más gente está hablando del tema sin tabú.


Conclusión: entre fe y control

La lotería en Dominicana es parte de la cultura, sí. Pero como todo en la vida, hay que saber medirla. No dejes que el sueño de pegarte te quite lo más importante: tu tranquilidad, tu familia, tu realidad.

La esperanza es buena, pero sin control, puede convertirse en cadena.

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