Aeropuerto de Bávaro queda fuera: Tribunal Constitucional pone punto final al proyecto

El Tribunal Constitucional le echó el candado al aeropuerto de Bávaro
Después de mucho tira y jala, el Tribunal Constitucional dominicano tomó una decisión que ya no tiene vuelta atrás: el proyecto del Aeropuerto Internacional de Bávaro quedó oficialmente fuera de juego. Y no fue con un "quizás", fue con un “hasta aquí llegó”.
Con esta sentencia, que pesa más que una caja negra de avión, el TC básicamente le dijo al consorcio AIB (la empresa que quería construir el aeropuerto): “Ustedes no siguieron las reglas, y por eso no hay chance de seguir con esto”.
¿Qué fue lo que hizo mal el consorcio?
Para arrancar, presentaron la solicitud ante una institución que ni siquiera tiene poder legal para aprobar aeropuertos. En vez de ir directo al IDAC, que es quien realmente manda en eso, se la llevaron a la Comisión Aeroportuaria, que no tenía esa competencia.
Segundo: el contrato fue respaldado por un decreto presidencial, pero ese decreto no siguió el procedimiento correcto. Fue como querer brincar una fila larga colándose por el lado.
Y lo más fuerte: no hubo licitación pública. Un proyecto así, de tanto peso, tiene que abrirse a competencia, con todas las reglas claras, para que cualquier interesado tenga oportunidad. Aquí no se hizo así, y eso violó la ley de compras, la de alianzas público-privadas, y hasta el sentido común.
¿Y por qué AIB llevó esto al TC?
AIB se quejó de varias cosas. Que los jueces que conocieron el caso no eran imparciales. Que no se hizo una audiencia pública. Que hubo documentos que no se les notificaron. En resumen, dijeron que no tuvieron cómo defenderse.
Pero el Tribunal fue desmontando todo eso parte por parte. Por ejemplo, si creían que los jueces no eran imparciales, debieron recusarlos desde el principio, y no lo hicieron. Sobre la audiencia, el proceso que se usó no la exige a menos que se pida formalmente (cosa que tampoco hicieron). Y los documentos que trajo un tercero (una fundación), no tenían nada nuevo ni cambiaban lo esencial del caso.
¿Todos los jueces estuvieron de acuerdo?
Casi todos. La mayoría votó a favor de cerrar el caso. Pero hubo dos jueces que no estaban del todo convencidos: Alba Luisa Beard Marcos y José Alejandro Vargas. Ellos pensaban que el Tribunal debía meterse más a fondo, porque el tema involucraba derechos importantes.
Aun así, sus opiniones no pesaron lo suficiente para cambiar la decisión general.
¿Qué significa todo esto para el país?
Básicamente, el Tribunal dejó un mensaje bien claro: si se va a construir un aeropuerto (o cualquier obra grande), no se puede hacer a lo loco ni con favoritismo. Hay que seguir el camino legal, paso por paso, sin saltarse nada.
Este caso también deja algo claro para quienes están en el poder: no se puede usar un decreto como si fuera una varita mágica para aprobar lo que sea. Las instituciones técnicas, como el IDAC, están ahí por algo. Y si hay reglas, hay que cumplirlas.
En resumen:
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El proyecto del Aeropuerto de Bávaro se cayó oficialmente.
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No hubo licitación, se usó un canal equivocado y hubo irregularidades en el proceso.
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El TC rechazó todas las quejas del consorcio AIB.
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La sentencia crea un precedente importante sobre cómo se manejan proyectos públicos.
RD está cambiando, y parte de ese cambio es aprender que las cosas grandes no se hacen por debajo de la mesa. Se hacen con transparencia, con reglas claras y pensando en el bien común. Y eso, mi hermano, aplica desde los números de la lotería... hasta los aviones que aterrizan en nuestro suelo.